Este verano tuve la suerte de pasar un par de semanas en New York de vacaciones con dos de mis mejores amigas. Era mi primera vez en esta ciudad y las expectativas eran muy altas, por todo lo que me habían contado y todas las películas que había visto ambientadas en la Gran Manzana, pero aún así no defraudó. New York es la ciudad más poblada de los Estados Unidos con 8,6 millones de habitantes, y la segunda más poblada del continente americano, solo por detrás de Ciudad de México. Esta gran concentración de personas compartiendo un mismo espacio, da lugar a cosas muy positivas, pero también a otras que no lo son tanto. Como ya existen mil guías de New York, he decidido en esta ocasión hacer algo distinto. A continuación, os dejo con un resumen de lo que para mí fue lo mejor de New York y, por otro lado, lo que menos me gustó.
Lo que más me gustó de New York
- La riqueza cultural. Dicen que lo que no puedes encontrar en Nueva York, no existe. Quizás es exagerar un poco, pero la realidad es que lo que más me impactó de Nueva York es su enorme riqueza cultural. Se trata de una ciudad formada por gente que ha emigrado desde todos los rincones del mundo, cada uno con su cultura, sus ideales, sus creencias, sus costumbres… gente tan diferente pero con un elemento que los une: el valor de la libertad.
- La diversidad gastronómica. Esa diversidad de culturas trae consigo algo muy bueno para los que nos gusta comer y probar nuevos y exóticos sabores de diferentes partes del mundo: la riqueza gastronómica. Muchos inmigrantes que llegan a Nueva York abren negocios de restauración donde ofrecen platos típicos de su país, y tener ese abanico de posibilidades a la hora de elegir qué comer fue uno de los aspectos que más me gustó de la Gran Manzana.
- La amabilidad de la gente. Llegué a Nueva York con la idea equivocada de que todos los neoyorquinos eran ciudadanos estresados y un poco amargados por las cosas negativas que implica vivir en una gran urbe, pero mi sorpresa fue encontrarme todo lo contrario. La gente por la calle te mira, te sonríe y te intenta ayudar cuando necesitas cualquier cosa. En los comercios, te saludan con un “Hi! How are you?” y se despiden con un “Have a great day”. Por no hablar de los restaurantes, donde la amabilidad llega a niveles extremos, ya que se están jugando una buena propina (pero de esto hablaremos más adelante).
- La energía. Nueva York es una ciudad vibrante que desprende una energía impresionante. Hay tantas cosas pasando al mismo tiempo que te gustaría poder dividirte en 5 para poder estar en varios sitios a la vez. Personalmente, siento que es una ciudad que te inspira, te carga las pilas y te abre la mente, aunque en algún momento pueda llegar a ser algo abrumadora, por ejemplo, cuando caminas por Times Square…
- Las propuestas de ocio. La cantidad de planes que esta ciudad te ofrece para aprovechar tu tiempo libre es infinita. Desde museos (algunos de ellos gratis según el día de la semana), hasta musicales, monólogos, conciertos, actividades al aire libre, shopping, etc.
- La vida nocturna. La verdad que en nuestro viaje quisimos aprovechar tanto la luz del sol (andábamos una media de 20 km diarios!), que cuando llegaba la noche nuestro máximo plan era conectarnos un rato a nuestras redes sociales y dormir. A diferencia de nosotras, Nueva York es la ciudad que nunca duerme, y la cantidad de pubs, clubs, salas de conciertos, etc, hará las delicias de los más noctámbulos.
- El espíritu emprendedor. Por algo la llaman la ciudad de los sueños. La gente que se instala en Nueva York, lo hace con el objetivo de crear algo grande, de alcanzar el famoso sueño americano. Y es que, según dicen, la Gran Manzana es el lugar ideal para lograr el éxito, eso sí, trabajando duro y poniendo toda la carne en el asador para triunfar.
- El tiempo. Nuestro viaje fue en agosto y todo el mundo nos dijo que fuéramos preparadas para pasar mucho calor. Nada más lejos de la realidad. La mayor parte de los días el ambiente fue más bien fresco e incluso nos tuvimos que comprar ropa de abrigo allí. ¡Toda nuestra maleta estaba llena de vestidos cortos y camisetas de tirantes!
Lo que menos me gustó de New York
- El capitalismo salvaje. Nueva York es una ciudad de contrastes, pero no solo culturalmente hablando, sino también de contrastes entre ricos y pobres. El capitalismo salvaje ha provocado que aquella gente que ha quedado fuera del sistema no tenga acceso a cubrir sus necesidades más básicas, con lo cual es muy frecuente ver por la calle homeless, drogadictos, enfermos mentales…
- Los trabajadores ilegales. Se calcula que en Nueva York trabajan unos dos millones de inmigrantes ilegales, lo que la convierte en la primera ciudad de EE.UU. en número de trabajadores indocumentados. Lo peor de todo son las condiciones en las que viven estas personas, con sueldos por debajo del salario mínimo, trabajando horas extra que nadie les paga, sin seguro médico, y bajo la presión y la amenaza constante de ser despedidos o incluso deportados.
- El precio de la vivienda. Los precios de los pisos en Nueva York, y especialmente en Manhattan, son totalmente prohibitivos. El precio medio de un apartamento en Manhattan supera ya el millón de euros y la tendencia es al alza. De hecho, más de la mitad de la población en la Gran Manzana dedica más del 30% de su sueldo a la vivienda, lo que está haciendo que la gente de poder adquisitivo medio viva en apartamentos diminutos o fuera de Manhattan, en barrios como Brooklyn, Queens o el Bronx.
- Los malos olores. Pasearse por Nueva York es un festival para los sentidos, incluido el sentido olfativo, pero los olores no siempre son agradables. Las bolsas de basura se acumulan en la calle, y a menudo son asaltadas por gente sin recursos en busca de latas y otros objetos reciclables que luego cambian por dinero. Esto también provoca en ocasiones plagas de ratas y cucarachas. De hecho, fue lo primero que nos advirtió nuestro anfitrión cuando llegamos a la habitación donde nos alojábamos en Brooklyn.
- La delincuencia. Pese a que la ciudad de Nueva York nunca fue tan segura desde 1951, la delincuencia sigue estando presente en la gran metrópoli. Gracias a un cambio en la estrategia, al incremento del número de agentes de policía y al uso de las nuevas tecnologías, en 2017 se alcanzaron las mejores cifras en cuanto a criminalidad en la historia moderna de la ciudad: 290 homicidios y un total de menos de 100.000 delitos.
- El tráfico. Conducir por Nueva York puede llegar a ser una experiencia muy desesperante, especialmente si es en hora punta. En nuestro último día en Nueva York, unos amigos que viven en Nueva Jersey vinieron a buscarnos para dirigirnos a Pensilvania, a pasar el fin de semana en Pocono Pines. No exagero en absoluto si aseguro que tardamos cerca de 4 horas en salir de la Gran Manzana.
- Los impuestos y las propinas. Cuando ves la carta de un restaurante en Nueva York, a primera vista, parece barato. Pero hay que tener en cuenta que a ese precio tienes que sumarle los impuestos (TAX) que son aproximadamente un 8,9%, y la propina, que será entre un 15 y un 20% en función de tu satisfacción con el servicio. Por lo tanto, debes calcular que el precio de la cena te va a costar prácticamente un 30% más de lo que pone en la carta. Hay algunos sitios, como por ejemplo los puestos callejeros de comida, donde los impuestos están incluidos y no es necesario dejar propina.
- La masificación turística. Más de 60 millones de personas visitan Nueva York cada año, una cifra récord que no ha dejado de crecer en los últimos 8 años. Y pese a que la ciudad es enorme y los visitantes se distribuyen por toda ella gracias a la gran cantidad de atracciones turísticas, hay algunos momentos en los que la masificación resulta algo agobiante. A nosotras nos pasó sobre todo en el MoMA (hay que decir que fuimos el día que era gratis), en Times Square y en Distrito Financiero (¡fue imposible hacerse una foto con el toro de Wall Street!).
Y tú, ¿coincides con estas visiones? ¿Qué fue para ti lo mejor y lo peor de New York? ¡Cuéntamelo en los comentarios! ¡Me muero de ganas por saber tu opinión!
Si tienes poco tiempo y quieres aprovechar tu estancia en Nueva York al máximo, te recomiendo estas excursiones: